Distancia
Desnivel acumulado
Duración estimada
Disponibilidad de agua
Escasa
Lugar de salida
Morata de Tajuña
Una ruta fácil, divertida e ideal para explorar la Comarca de las Vegas
40 km y 790 metros de desnivel positivo acumulado en una vuelta sencilla (aunque con un par de sorpresas) por esta entretenida y no tan conocida zona de Madrid.
Una buena parte del recorrido coincide con el trazado habitual de la muy recomendable marcha anual del Club Matagrama, pero otra buena parte discurre por algunos caminos y sendas no tan conocidos.
Esta ruta recorre algunos de los caminos y pistas más interesantes del área delimitada por los núcleos urbanos de Morata y Perales por el norte y Chinchón y Valdelaguna por el sur.
Saliendo desde Morata de Tajuña (por ejemplo desde la parte alta, junto a la Vía Verde, por la comodidad para aparcar) nos dirigiremos hacia el sur hasta cruzar el río. Un poco más adelanta tomaremos la pista del camino de los Corrales, que sale a la derecha y que nos irá subiendo poco a poco hasta llegar a la carretera M-315. Ahí giraremos y nos lanzaremos en el primer descenso hasta llegar al barranco, donde comenzará de nuevo nuestra ascensión.
Llegaremos a un bonito lavadero donde reponer agua y fuerzas… que necesitaremos a continuación para salvar una de las cuestas más inclinadas del día…
Seguiremos recorriendo el camino de Perales hasta cruzar la M-315, desde allí iremos enlazando caminos y pistas hasta llegar al punto kilométrico 25,6 de la ruta, donde nos encontraremos con una de las “sorpresas” del día: un sendero bien divertido (y un tanto técnico) que discurre por una cresta y nos baja a toda velocidad para después hacernos enfrentar una corta pero intensa subida… si no nos apetece disfrutar (y complicarnos) con este tramo, podemos seguir la pista para volver a enlazar con el track un poco más adelante.
Poco después llegaremos al penúltimo de nuestros descensos: el que nos lleva de nuevo a la vega del Tajuña.
Tomaremos la Vía Verde para poco después tomar el último de los caminos del día, que nos subirá de nuevo a la carretera M-315 para lanzarnos por la última de las bajadas (un corto y divertido sendero) y volver tranquilamente pedaleando para cruzar el río por donde comenzó nuestra aventura.
Es una ruta sencilla exceptuando un par de tramos, algo dura por el kilometraje pero muy llevadera y bien bonita.
En los días de calor tendremos que tener en cuenta que estaremos expuestos al sol durante casi toda la ruta y que el agua escasea.